La reciente encuesta Cadem muestra que uno de los escenarios más competitivos en la presidencial 2025 es una segunda vuelta entre Evelyn Matthei y Michelle Bachelet.
Las marcas tradicionales no han perdido fuerza
A pesar de la ola de cambios que ha experimentado Chile en los últimos años -incluyendo el doble fracaso constitucional de 2022 y 2023- parece que las marcas tradicionales no han perdido fuerza. Estamos hablando de dos mujeres protagonistas de la política chilena por al menos 30 años, lo que viene a cuestionar la hipótesis del recambio generacional en izquierdas y derechas.
Bachelet entrará en carrera si Kast asoma como probable ganador
Si bien se enfrentaron en 2013 con un amplio triunfo de Bachelet, hoy el panorama es totalmente distinto. La exPresidenta ha dicho que no está disponible para un tercer período, aunque ha dejado espacio para esa posibilidad en caso de que la derecha radical tenga opciones claras de triunfo. Dicho de manera más simple, Bachelet entrará en carrera si Kast asoma como probable ganador.
El panorama en la derecha debiese estar claro para mayo de 2025
El problema es que eso no lo sabremos hasta entrado 2025. En mayo de ese año los candidatos deben inscribirse para las elecciones primarias de julio, por lo que la decisión deberá estar tomada el primer trimestre de 2025. A esas alturas, el panorama en la derecha debiese estar claro. Esto es, una primaria al menos entre Matthei y Carter, y la oficialización de Kast como candidato de Republicanos para la primera vuelta.
Matthei tiene un desafío mayor en un escenario mucho más pedregoso
Matthei, en tanto, tiene un desafío mayor en un escenario mucho más pedregoso. Hoy es la amplia favorita para ganar, pero las pulsiones antropófagas de su sector la pueden mandar por el despeñadero. Kast ya la tiene en el radar, y Carter hará lo propio. Ambos saben que su crecimiento depende de la debilidad de Matthei.
Quedan varias etapas e hitos políticos antes de la definición de candidaturas
En consecuencia, y aunque suene obvio decirlo, quedan varias etapas e hitos políticos antes de la definición de candidaturas, pero lo cierto es que las marcas y apellidos reconocidos en la política chilena siguen en pie, para bien o para mal. La derecha sabe perder, pero aún no aprende a ganar.