El 29 de febrero es un día que pocos olvidarán en la comunidad del Colegio Saint George’s de Vitacura. Fue la tarde de ese jueves cuando los apoderados de siete alumnas recibieron como un balde de agua fría las noticias que llegaban a sus celulares. Un grupo de estudiantes había creado imágenes con inteligencia artificial (IA), donde simulaban los cuerpos desnudos de sus compañeras de curso. En menos de una semana, la noticia ya corría por los pasillos del colegio. El establecimiento inició una investigación interna, pero a los pocos días comenzaron los problemas.
Las familias deciden tomar acciones legales
Las familias no estaban conformes con las medidas que había adoptado el establecimiento, quienes habían resuelto cancelar la matrícula de 2025, a algunos de los estudiantes, lo que implicaba seguir compartiendo espacios todo el año con las alumnas. Durante semanas, los apoderados y el colegio intentaron destrabar la situación, sin embargo, las conversaciones no llegaron a puerto.
«En mayo, las familias decidieron presentar un recurso de protección a la Corte de Apelaciones de Santiago, acusando vulneraciones en los derechos de las menores afectadas.»
La Fiscalía abre una investigación
Tras esto, el pasado 24 de mayo la Fiscalía Metropolitana Oriente abrió una investigación de oficio por los delitos de trato degradante contra menores y producción, difusión y almacenamiento de pornografía infantil. A casi un mes de ese anuncio, el ente persecutor ya concretó las primeras diligencias, en una indagatoria que está en manos del fiscal de género, Felipe Cembrano.
«El Ministerio Público tomó declaraciones a los padres de las menores afectadas por el hecho. Junto con esto, el ente persecutor ya pericia los celulares de los menores que crearon, difundieron y almacenaron las imágenes.»
Configuración de delitos en la investigación
Conocedores de la indagatoria reconocen que se trata de un hecho inédito en nuestro país, ya que si bien existían casos de filtraciones de fotografías sin consentimiento, no había antecedentes de imágenes de índole sexual, que involucraran a menores de edad, y que fueran creadas con inteligencia artificial.
«La configuración de delitos que investiga la Fiscalía apunta en la dirección correcta. La abogada explica que la norma está pensada en menores que son utilizados en este contexto de captación directa o la imagen del menor utilizada en contextos con significación sexual.»
El colegio no denunció los hechos
A pesar de que la Fiscalía consideró que podría existir delitos de índole sexual, el colegio optó desde un principio por no denunciar el hecho. En un informe enviado a la Corte de Apelaciones, el colegio argumentó que los eventos no serían de connotación sexual, «en el sentido que lo trata el protocolo del establecimiento, el cual está orientado más bien a casos de tocaciones, abusos sexuales y/o violaciones, es decir ‘delitos sexuales'».
«Hay una obligación que no puede perderse de vista, que es cuando el establecimiento ve que esto podría ser constitutivo de delito, debe denunciar a la policía», señala Marggie Muñoz, Jefa de la División de Protección de Derechos Educacionales de la Superintendencia de Educación.
La postura de la congregación Holy Cross
La disconformidad de los apoderados con la manera en que el colegio ha manejado el asunto, no solo la hicieron presente ante los tribunales, sino que también enviaron una carta directamente a la Congregación Holy Cross, entidad a la que pertenece el colegio Saint George’s.
«La respuesta a la carta, la recibieron el pasado 7 de junio, donde el reverendo ‘lamentaba profundamente’ los hechos. ‘Entiendo completamente la angustia de sus familias y tengan la seguridad de que estamos tomando todas las medidas necesarias para proteger a sus hijas y a todos los miembros de la comunidad’, se lee en la respuesta.»