El pasado viernes 14 de junio, 9 gendarmes activos y uno en retiro fueron detenidos en un amplio operativo policial en las regiones de Coquimbo, Metropolitana y O’Higgins, por su presunta participación en una red de tráfico de armas en el interior de cinco cárceles del país. Un hecho que remece a la institución de Gendarmería, pero que no sería el único caso de corrupción entre los funcionarios de la entidad.
El equipo de Mega Investiga decidió indagar una serie de denuncias contra gendarmes que estarían siendo controlados por el crimen organizado dentro de las cárceles de alta seguridad que existen en el país. Gendarme denuncia que el penal Santiago 1 está tomado por el crimen organizado.
Un oficial activo de Gendarmería, que lleva 13 años en la institución, conversó con el equipo de Mega Investiga y denunció los hechos de corrupción por parte de diferentes funcionarios de la institución. «Ellos llegan con el poder adquisitivo de lo que les dejó su venta ilícita, llegan con mucho poder a la cárcel», asegura. En su mayoría se trataría de bandas de narcotraficantes, de secuestradores, grupos del Tren de Aragua y bandas colombianas que han ingresado al país últimamente. En la actualidad, el Penal Santiago 1 alberga a unos 5.000 internos, aunque su capacidad es para 4.000.
Según la denuncia realizada por el oficial de Gendarmería, los reos han «comprado» a algunos gendarmes para que ingresen elementos prohibidos al penal. «Se mueve mucha plata, hay funcionarios que ganan diariamente $300.000 por entrar drogas y teléfonos celulares», detalla el gendarme. Otros no ingresan nada, pero hacen «vista gorda» cuando lanzan desde el exterior elementos que caen en el patio, los conocidos «pelotazos». Un segundo gendarme denunciante, quien no conoce al otro funcionario, corroboró la corrupción en la institución y aseguró que las bandas reclutan cada día más gendarmes.
El primer funcionario denunciante asegura que los gendarmes de inteligencia penitenciaria que investigan la corrupción al interior de Santiago 1 han sido amenazados de muerte por sus propios compañeros. «Cuando un funcionario está haciendo bien su trabajo y quieren sacarlo del camino, (los gendarmes corruptos) hablan hacia el exterior con bandas organizadas y los siguen y amenazan de muerte», complementa el denunciante. El amenazado denunció los hechos al Ministerio Público y solicitó traslado de penal, lo que fue denegado por su jefatura.