Motines y enfrentamientos en cárcel de Santiago evidencian poder del Tren de Aragua

Por Sergio Mendoza 1 Vista Comentar
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El experto en crimen organizado, Pablo Zeballos, se refirió a los motines desarrollados por miembros del «Tren de Aragua» en la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago. Estos motines han provocado cuantiosos destrozos en las celdas y enfrentamientos con los gendarmes. Los daños realizados en los módulos donde se encuentran presos 47 miembros de la banda delictual ascienden a cerca de $150 millones, incluyendo destrucción en baños, ventanas y partes del concreto de la cárcel.

Las presiones criminales y la respuesta del Estado

«El objetivo que ellos tienen es que nosotros flexibilicemos el régimen interno», explicó el ministro de Justicia (s), Jaime Gajardo, quien destacó que «el Estado no puede ceder» ante estas presiones criminales. Este tipo de acciones transmiten un mensaje criminal de desafío al Estado, demostrando la capacidad de estos grupos delictivos para desafiar su autoridad.

Zeballos también se refirió a las operaciones del Tren de Aragua en las cárceles de Chile, destacando los antecedentes existentes en otros países de América Latina.

Los enfrentamientos del Tren de Aragua en la cárcel

«Gran parte de las organizaciones criminales transnacionales que hay en América Latina provienen desde las cárceles», explicó Zeballos. Además, destacó que el Tren de Aragua es una organización criminal relativamente nueva en el sistema penitenciario chileno y extranjera. Su accionar busca transmitir un mensaje de presencia, fuerza y capacidad para desafiar al Estado.

El experto señaló que esta organización criminal busca establecerse en Chile y superponerse sobre otras estructuras criminales locales. También advirtió sobre la posibilidad de que la delincuencia chilena decida someterse a esta nueva forma de operar o adoptar sus propias lógicas de imitación y violencia.

Finalmente, Zeballos hizo un llamado a poner atención a las señales que se están dando en la cárcel, ya que estas transformaciones y fricciones violentas en su interior pueden desembocar en violencia en las calles.

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