La candidata favorita para las elecciones presidenciales de 2025, Evelyn Matthei, ha tenido dos apariciones públicas de gran impacto comunicacional. Primero, denunció la existencia de políticos financiados por el narcotráfico y la debilidad de algunos jueces y fiscales frente a los traficantes de droga. Segundo, entregó una nómina de personas involucradas en el crimen organizado, incluyendo casos de secuestro y asesinato. Sin embargo, ¿es sostenible y razonable una estrategia política con estas características?
El contexto de la arremetida de Matthei
Hay cuatro cuestiones de contexto que ayudan a entender la arremetida de Matthei. Primero, el gobierno está recuperando parte del apoyo más duro, generando un efecto sicológico y anímico. Segundo, existe una alianza implícita entre Rodolfo Carter y José Antonio Kast, ambos enfocados en derrotar a Matthei y definir la elección presidencial entre ellos. Tercero, Carter ha dominado la agenda «matinal» en temas de delincuencia y crimen organizado, mientras que Kast ha liderado la agenda política de la oposición. Cuarto, encuestas muestran un retroceso en los apoyos a Matthei, aunque las diferencias no son estadísticamente significativas.
Una candidatura que mira al pasado
La candidatura de Matthei parece mirar más hacia los costados que hacia adelante. Si insiste en parecerse a Carter o Kast, los electores de derecha preferirán siempre el original antes que la copia. Además, el desgaste anticipado de Matthei podría abrirle paso a una derecha populista o radical. Es necesario tomar medidas para evitar este escenario.
Lo primero es entender que una elección presidencial no se gana pegándole más fuerte al gobierno. Segundo, en la derecha no se busca un consenso en torno al favorito, sino crear un gran disenso para derrotarlo. Por tanto, Matthei debe evitar caer en la misma dinámica de Carter o Kast. Tercero, es importante evitar la polarización y buscar grandes acuerdos. Esto requerirá formar equipos y armar propuestas concretas en el marco de una gran coalición de centro-derecha. Cuarto, es necesario abandonar acusaciones generalizadas que dañan injustamente a algunas instituciones. Quinto, se deben definir las negociaciones electorales priorizando la alianza con los partidos y movimientos de centro.