Vecinos de Bahía Inglesa y Caldera, en la región de Atacama, denuncian que sus costas están siendo amenazadas por concesiones marítimas que permiten la construcción en el borde de las playas. El equipo de Mega Investiga visitó ambas localidades, conocidas por su atractivo turístico, y constató la presencia de obras cuestionadas en la costa.
Construcciones cerca de zonas de riesgo
Según los vecinos, muchas de las construcciones recientes están ubicadas a pocos metros de letreros que advierten sobre el riesgo de tsunami. Uno de los casos más emblemáticos es un restaurante situado en la playa Loreto, en la ciudad de Caldera, a solo 20 metros de una «Zona de amenaza de tsunami». Además, la construcción ocupa parte de la propia playa, limitando el espacio para los residentes.
«Nuestro borde costero está siendo invadido por ciertas construcciones, particularmente por temas comerciales. Nos están achicando los espacios públicos», declara uno de los vecinos afectados.
Falta de fiscalización y consultas
La crítica de los vecinos apunta a las concesiones marítimas, otorgadas por el Ministerio de Defensa, que regulan el uso de bienes nacionales de uso público o fiscales. Sin embargo, según explica Teodosio Cayo, de la Asociación de Tasadores de Chile, en este caso no existe una fiscalización adecuada. Se evidencia una brecha entre la autoridad marítima y las municipalidades, encargadas de autorizar las construcciones.
«No hay una fiscalización propiamente tal del terreno… vemos una brecha entre la autoridad marítima y las municipalidades que son las que autorizan las construcciones», afirma Cayo.
Proyectos sin consulta ciudadana
Otro proyecto cuestionado es la construcción de una feria artesanal en Bahía Inglesa, con kioscos modulares en una pequeña playa. Los vecinos aseguran que esto reducirá considerablemente el tamaño de la playa y la convertirá en un «mall». A pesar de esto, la alcaldesa González defiende el proyecto y afirma que contó con el apoyo de los vecinos en una consulta realizada.
Un informe de la Contraloría de Atacama señala que este proyecto no fue informado a las organizaciones de representación ciudadana de la zona, lo que constituye una falta administrativa. Sin embargo, el proyecto sigue en marcha con financiamiento del Gobierno Regional. Además, los vecinos denuncian que se están construyendo más kioscos en otros sectores de Bahía Inglesa, que eventualmente se convertirán en restaurantes.