En un giro político y personal, la vicepresidenta Sara Duterte sorprendió en una reciente conferencia de prensa al afirmar que había contratado un sicario para asesinar al presidente Ferdinad Marcos Jr. y a su familia. Esta declaración ha sacudido los cimientos del gobierno filipino, revelando profundas fisuras entre dos clanes políticos que se unieron bajo una promesa de unidad en las elecciones de 2022.
Sara Duterte, quien compartió la victoria electoral con Marcos, ha dejado claro que las tensiones entre ambas partes no han hecho más que intensificarse tras diferencias políticas emergentes.
Declaraciones Explosivas de Duterte
“No se preocupen por mi seguridad. He hablado con una persona y le he dicho: si me matan, que maten a Marcos, a la primera dama y a Martín Romuáldez. No es broma. No es broma”, expresó Sara Duterte.
Sara Duterte, vicepresidenta de Filipinas
Las preocupaciones por su seguridad personal llevaron a Duterte a admitir un plan de defensa extremo que involucra un complot de venganza. Esta declaración ha desencadenado una investigación y ha puesto al gobierno en estado de alerta máxima.
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Consecuencias de las Acusaciones
Como resultado de las acusaciones de la vicepresidenta, el gobierno de Filipinas ha tomado medidas de precaución adicionales al aumentar la seguridad alrededor del presidente Ferdinad Marcos Jr. y su familia, citando una «amenaza activa» que necesita ser abordada con urgencia.
- Incremento de la seguridad presidencial.
- Análisis de las declaraciones y posibles repercusiones legales.
- Escalada de la tensión política entre clanes.
A pesar de la gravedad de sus afirmaciones iniciales, Sara Duterte intentó posteriormente suavizar su postura, planteando dudas sobre la interpretación de sus palabras y la legitimidad de las amenazas percibidas contra ella.
“Si expresé mi preocupación, ¿Dirán que eso es una amenaza contra la vida del Presidente? ¿Por qué iba a matarlo si no es por venganza desde la tumba? No hay ninguna razón para que lo mate. ¿Cuál es el beneficio para mí?”, cuestionó Duterte.
Sara Duterte, vicepresidenta de Filipinas
Este incidente deja muchas preguntas sin respuesta y revela hasta qué punto las tensiones políticas pueden escalarse en los niveles más altos del poder, afectando no solo la estabilidad interna de Filipinas, sino también su imagen a nivel internacional.
