Tres choferes argentinos que transportaban aceite fueron víctimas de los delincuentes en Chile. Desde Argentina piden medidas urgentes contra la inseguridad en las rutas chilenas.
El peligro de los «piratas del asfalto» en Chile
Otra vez, las rutas de Chile son noticia internacional, pero no por los paisajes que las rodean o el óptimo estado que las caracteriza. Los «piratas del asfalto» volvieron a atacar el fin de semana pasado a camioneros argentinos, en una postal que se viene repitiendo este año.
La mecánica aplicada a las nuevas víctimas fue similar a la del resonante episodio registrado en octubre: detención en la carretera, robo del transporte de carga y secuestro del chofer por varias horas, derivando en una búsqueda por parte de autoridades y familiares.
«Esto es habitual. Hace años teníamos el ‘robo piraña’ esperando para el ingreso al puerto terrestre Los Andes, rompían las carpas y sacaban mercadería. Ahora empezamos a sufrir robos de cargas completas», denunció el presidente de la Asociación de Propietarios de Camiones de Mendoza (Aprocam), Ricardo Squartini.
Presidente Aprocam
Asaltados y secuestrados por algunas horas
Tal como confiaron desde Aprocam, tres choferes de Mendoza fueron víctimas de los piratas del asfalto en Chile días atrás. Habían partido desde la provincia vecina con camiones cisterna repletos de unos 28.000 litros de aceite refinado a granel cada uno.
Una vez que cruzaron el paso Los Libertadores, fueron desconectados del sistema de monitoreo satelital después de las 15 horas del 30 de noviembre, ya cerca de Santiago, impidiendo así el seguimiento por parte de los propietarios en Argentina.
«En el momento en que sucede el hecho, estas personas bloquean los satélites y los rodados dejan de mandar la señal. Nadie percibe que el camión haya cambiado de rumbo», recordó Squartini.
Una vez bloqueados, los tres conductores sufrieron el modus operandi típico. Interceptados en las afueras de Santiago, sobre la ruta 5, les sacaron los teléfonos móviles previo a retenerlos unas horas en lugares desconocidos.
Recién por la noche, los hombres fueron liberados, pero en distintas zonas: dos de los camioneros aparecieron en Valparaíso, mientras que el tercero fue soltado en Rancagua, a la vera de la ruta. En tanto, apenas uno de los tres camiones fue hallado.
- Los choferes bloqueados del sistema de monitoreo satelital.
- Interceptados y retenidos por los piratas del asfalto.
- Liberados en diferentes zonas sin sus camiones.
Según el titular de la asociación de los camioneros, los pocos datos a los que tienen acceso para dar con las víctimas es gracias al testimonio de otros trabajadores, forjando así una red de solidaridad e información en las rutas chilenas.
Demanda de medidas urgentes contra la delincuencia en Chile
Si bien los hechos delictivos eran una moneda corriente en el ingreso al puerto terrestre de Los Andes, ahora son los caminos que unen a Santiago escenarios predilectos de los piratas del asfalto ante la falta de personal de Carabineros.
«En la ruta, antes de ingresar al puerto terrestre de Los Andes, los camiones quedan un día estacionados. Es en esos momentos en los que sufren actos de vandalismo y robo de mercadería, rotura de las carpas para poder sacarlas. Y ahora se sumó la agresión a los conductores para poder robarles sus pertenencias en las cabinas», reiteró Squartini, quien solicitó nuevamente a Chile «medidas urgentes antes de que esto pase a mayores y tengamos que lamentar la muerte de una persona».
«Medidas urgentes antes de que esto pase a mayores y tengamos que lamentar la muerte de una persona»
Presidente Aprocam
En octubre, el camionero mendocino Andrés Pasero también sufrió un destino similar en Chile. Su viaje con destino a la comuna de San Bernardo había quedado trunco al detenerse por «problemas mecánicos» y ser sorprendido por dos hombres que lo cargaron a una camioneta blanca.
Tras dos días de preocupación e incertidumbre de su esposa y tres hijos, a Pasero lo soltaron en una ruta de Rancagua, a 90 kilómetros de donde por última vez supo ubicarse en tiempo y espacio.
Le dijeron que caminara hacia adelante, sin mirar atrás, o le disparaban.