El papa Francisco, hospitalizado por neumonía, presenta un cuadro clínico complejo pero muestra mejoría.
Estado actual de salud del papa Francisco
El Vaticano ha actualizado la condición del papa Francisco, quien desde el viernes pasado está ingresado en el Hospital Gemelli de Roma debido a una neumonía bilateral. El último parte médico destaca que, aunque su situación sigue siendo delicada, el sumo pontífice ha mostrado signos de recuperación ya que puede levantarse y ya no requiere de asistencia mecánica para respirar.

Matteo Bruni, portavoz de la Santa Sede, informó que el papa «pasó una noche tranquila, se despertó y desayunó normalmente». Además, una fuente del Vaticano confirmó que «el papa respira solo y su corazón resiste muy bien».
Antecedentes médicos y situación actual
El jesuita argentino ha sufrido de problemas respiratorios anteriormente, y en su juventud le fue extirpado el lóbulo pulmonar derecho. Recientemente, ha sido diagnosticado con una infección polimicrobiana en un contexto de bronquiectasias y bronquitis asmática, lo que complica su tratamiento terapéutico.
A pesar de estos desafíos, el papa ha logrado comunicarse por teléfono con la parroquia de Gaza, mostrando su compromiso continuo con sus funciones eclesiásticas.
Reacciones y medidas tomadas
La hospitalización y el estado de salud del papa han provocado una gran preocupación entre los fieles y en la comunidad internacional. Este incidente ha llevado a la cancelación de varios compromisos clave, incluyendo su esperada audiencia jubilar y la misa del domingo.
- Cancelación de eventos importantes hasta próximo aviso.
- Comunicados continuos sobre su salud por parte del Vaticano.
- Seguimiento cercano de su evolución médica y tratamiento.
Antonio Spadaro, teólogo jesuita cercano a Francisco, señaló que el papa podría necesitar de dos a tres semanas de hospitalización, aunque destacó que el papa demostró una «energía vital extraordinaria» y no mostró signos de resignación ante su estado.
Perspectivas futuras para la salud del papa
La comunidad eclesiástica y los adherentes de todo el mundo mantienen la esperanza en una completa recuperación del papa Francisco, observando de cerca el desarrollo de su salud y su potencial impacto en las actividades planificadas para el año jubilar de la Iglesia Católica.