La justicia finalmente dictaminó el cierre de Adexus, empresa desarrolladora de productos y servicios relacionados con las tecnologías de la información y las comunicaciones. Tras solicitar su liquidación voluntaria en abril de 2024, la compañía enfrenta deudas superiores a $22 mil millones. Su mala situación financiera se remonta a 2019, año en el que buscó una reorganización judicial para evitar la quiebra. Sin embargo, a lo largo de los años no pudo recuperarse financieramente debido a la falta de liquidez y de activos, entre otros factores.
El cierre de Adexus
El contexto económico crítico llevó a que Adexus enfrentara demandas de diferentes acreedores que exigían el cumplimiento de contratos y pagos acordados previamente. Ante esta situación, los acreedores de la empresa se reunieron para determinar la continuidad de sus operaciones. Sin embargo, se concluyó que no había posibilidad de recuperar la viabilidad financiera, lo que provocó el cierre de manera definitiva de Adexus.
Los acreedores no vendieron la compañía
En la reunión de los acreedores, también se acordó que no se vendería la compañía como una unidad económica. Esto implica que las operaciones de Adexus se verán totalmente interrumpidas. No obstante, se está analizando una oferta por el data center que utilizaba la empresa, en la que se ofrece un pago directo de $30 millones. Esta oferta será aprobada o rechazada en la próxima reunión de los acreedores el martes 30 de julio.
Problemas que surgen con el cierre de Adexus
Uno de los mayores problemas que se presentan con el cierre de Adexus está relacionado con las telecomunicaciones. En 2020, la empresa no ganó la licitación del Organismo Administrador de la Portabilidad Numérica, por lo que otra empresa recibió el contrato. Sin embargo, esta empresa subcontrató a Adexus para que le proporcionara servicios de su data center. Ahora, la empresa ganadora del contrato deberá buscar un nuevo data center y hacerse cargo de la migración de los datos.
Los orígenes de la crisis de Adexus
La crisis de Adexus se originó en la inviabilidad económica que llevó a la empresa a solicitar su reorganización judicial en 2019. En ese entonces, había expectativas de la entrada de nuevos inversionistas y de una deuda que le pagaría el Fondo Nacional de Salud. Sin embargo, estas situaciones no se concretaron y la empresa se volvió insolvente, incapaz de cumplir con sus obligaciones económicas y contraídas.