Millonario robo de joyas por una gitana en Las Condes: Denuncia interpuesta por una abogada

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Un millonario robo sufrido por una joven abogada en la comuna de Las Condes, por parte de una supuesta gitana, quedó al descubierto este miércoles tras darse a conocer la acción judicial interpuesta por la víctima.

“Yo te voy a bendecir, tengo poderes”

En el escrito, Alamo indicó que el hecho se produjo el pasado 30 de mayo, cuando se dirigía al banco a realizar unos trámites. Mientras caminaba por el barrio El Golf, “una mujer se acercó repentinamente hacia mí”.
La querellante describió a la persona como de “aproximadamente 50 años, pelo largo, negro y ondulado, parka negra, posiblemente con jeans, y de relativamente baja estatura”, quien comenzó a hablarle con un “acento gitano muy marcado”.

Según la víctima, la mujer le pidió indicaciones para llegar a la clínica Alemana de Las Condes, y después de proporcionarle la información, le dijo: “Como me ayudaste y me miraste, yo te voy a bendecir, tengo poderes”.

“A partir de ese momento, la mujer mostró una habilidad impresionante para manipular y engañar. Comenzó a adularme, diciendo que yo era muy hermosa, y continuó inventando historias elaboradas sobre cómo muchas personas me envidiaban y me habían maldecido“, relató la abogada en la acción judicial.
“Con un tono convincente y lleno de seguridad, me aseguró que ella tenía poderes para liberarme de esa maldición y que, a partir de su intervención, todo en mi vida mejoraría significativamente”, agregó.

“Para que el hechizo funcionara, debía bendecir mis joyas”
Catalina Alamo explicó que, para hacer su historia aún más creíble, “hizo unas cruces en la palma de mi mano con sus anillos y me dijo que, para que el hechizo funcionara, debía bendecir mis joyas: mi anillo de compromiso, mi argolla de matrimonio y mi cadena de oro”.
Sin embargo, la joven abogada inicialmente se negó a dicha solicitud, explicándole que no se las podía sacar, “ya que los anillos me los regaló mi marido y la cadena mi madre”.
De acuerdo al relato de la querellante, la reacción de la supuesta gitana “fue inmediata y dramática”, puesto que adoptó una actitud de ofendida y la acusó de desconfiar de ella, asegurándole que “era una persona buena, incapaz de robar”.
“Insistió en que a la gente mala le pasan cosas malas y me exigió que le pidiera perdón por mi desconfianza. Su insistencia y su habilidad para manipular mis emociones me hicieron sentir culpable y avergonzada por haber dudado de sus intenciones”, señaló la profesional en el escrito.

El robo de las joyas

A pesar del comportamiento de su interlocutora, Alamo finalmente cedió a sus demandas y la mujer “procedió a quitarme las joyas delicadamente e hizo supuestas bendiciones en mis manos”. En dicha instancia se habría producido el robo.
Y es que según contó la víctima, en ese momento las joyas “supuestamente las envolvió en unas telas (mientras ella envolvía me exigió que yo la mirara a los ojos, y que si miraba hacia abajo el ritual no funcionaría), que luego amarró a los tirantes de mi polera”.
“Me instruyó a realizar un ritual de limpieza de energías y que no debía sacar las joyas antes de dos horas. Dentro de las instrucciones que me daba incluían comprar velas blancas, un labial, ajo, etc.”, relató.
Y no solo ello, ya que la mujer, además, le advirtió que si le contaba a alguien sobre esto, o si sacaba las joyas antes de tiempo, todo le saldría mal en la vida.
“La interacción completa duró aproximadamente 10 minutos”, añadió.

“Este engaño me causó un trauma profundo”

“Pasadas las dos horas, con gran expectativa y esperanza, revisé las telas solo para descubrir, con horror, que solo había monedas; mis joyas no estaban“, indicó la profesional en la querella.
En el mismo documento, expresó que “con amargura, comencé a llorar desconsoladamente, sintiendo una profunda traición y desolación. Jamás pensé que alguien pudiera tener tanta maldad y ser tan siniestro”.
“Este engaño me causó un trauma profundo, afectando no solo mi bienestar emocional y psicológico, sino también causando un daño significativo en mi vida familiar y personal. La angustia y el dolor de la pérdida de mis joyas, que tenían un inmenso valor sentimental y económico, han dejado una herida duradera en mi vida”, finalizó.

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